La alimentación saludable aporta todos los nutrientes esenciales que cada persona necesita y permite obtener un óptimo estado de salud para realizar las actividades de la vida diaria.
“La alimentación saludable y la actividad física son los principales factores para una buena promoción y mantenimiento de la salud. Tenga en cuenta siempre tomar suficiente agua. En su plato de comida incluya frutas, verduras, legumbres y disminuya la ingesta de sodio, azúcar y grasas. Realice actividad física entre 15 y 20 minutos diarios como montar bicicleta, realizar caminatas largas, pausas activas, nadar o bailar”, indicó Diana Carolina Rodríguez, profesional de la salud de la Dirección de Sanidad.
Para una alimentación saludable se aconseja un consumo mínimo de cinco porciones de frutas y verduras al día, ya que así se atrapan nutrientes de riesgo, ayudan al vaciamiento gástrico y a la absorción de glucosa y triglicéridos, aportan a la fibra natural, necesaria en la digestión y mejora del tránsito intestinal, previniendo estreñimiento, enfermedades diverticulares y cáncer de colon.
Además, aportan vitaminas necesarias para el sistema inmunológico y nervioso, la visión, la mente y ayudan a proteger el corazón y el rendimiento físico.
Estimule el consumo de ácidos grasos provenientes de pescados como el atún, salmón, sardinas o sierra. Prefiera los alimentos asados, cocidos o al vapor, sin aceite, manteca o mantequilla. Use aceite de oliva, canola o girasol.
Modere o evite el consumo de alimentos con demasiada azúcar como pasteles, helados, jaleas y flanes. Evite las bebidas dulces, caramelos, gaseosas, jugos envasados o en polvo. Puede cambiar los postres por frutas y las gaseosas por agua o jugo natural.
No use sal de mesa para agregar a las comidas y reduzca alimentos con alto contenido de sodio, que puede elevar la presión arterial, como hamburguesas, perros calientes o pizzas.
Claves para que el ejercicio se vuelva un hábito
De acuerdo a ‘The Washington Post’, puede lograrlo fácilmente con los siguientes consejos:
- Fijar una meta y construir un plan, respondiendo a: qué hacer, cuándo empezar y en dónde hacerlo.
- Encontrar una razón para hacerlo, asociándolo con sentimientos positivos.
- Combinar el ejercicio con algo divertido, por ejemplo, viendo su serie favorita o escuchando un podcast.
- Ser paciente, pues construir un hábito puede tomar semanas o meses. Eventualmente se volverá automático.
- Ser amable consigo mismo: no castigarse si no sigue la rutina, sino motivarse como lo haría con un amigo.